TRAS LAS HUELLAS DEL

COYOTE

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“Es que la verdad eso no se controla, porque como le digo, agarran a un grupito de 15 y se entretienen con 15 cuando por otro lado ya les están brincando 30”, dijo el miembro de una organización criminal, durante una entrevista planeada por razones editoriales dado que actúa como informante de las autoridades de EEUU en el combate contra el tráfico de migrantes y revela el modus operandi de estas operaciones ilegales.

Ciudades limítrofes entre México y el estado de Texas, como Del Río, Eagle Pass, Laredo y Brownsville, que atraen desde hace años la atención mediática, fueron los puntos de partida de la Voz de América para acercarnos al submundo que se esconde detrás del tráfico de drogas, de armas y el contrabando de migrantes que está dejando multimillonarias ganancias a costa de las ilusiones – y en ocasiones de la vida– de personas que dejan sus países huyendo de la violencia, la falta de oportunidades y la ilusión de alcanzar una mejor calidad de vida.

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Boyas instaladas por la gobernación de Texas, que cubre 300 metros de largo en el Río Grande, a la altura de Eagle Pass. Laura Sepúlveda (Voz de América)

Boyas instaladas por la gobernación de Texas, que cubre 300 metros de largo en el Río Grande, a la altura de Eagle Pass. Laura Sepúlveda (Voz de América)

Mientras se concluye esta instalación y para impedir el paso, la gobernación ha colocado en su parte superior un cerco de contención con alambre de púas. Laura Sepúlveda (Voz de América)

Mientras se concluye esta instalación y para impedir el paso, la gobernación ha colocado en su parte superior un cerco de contención con alambre de púas. Laura Sepúlveda (Voz de América)

Camiones del Ejército de Texas bloquean el ingreso a Shelby Park, en Eagle Pass. Esta es una forma de regular el acceso a la zona. Laura Sepúlveda (Voz de América)

Camiones del Ejército de Texas bloquean el ingreso a Shelby Park, en Eagle Pass. Esta es una forma de regular el acceso a la zona. Laura Sepúlveda (Voz de América)

Residentes de Del Río se quejan de que el alambre de púas sobre las cercas que fue instalado por la gobernación no recibe mantenimiento, por lo que se ve que en algunas zonas se ha caído. Laura Sepúlveda (Voz de América)

Residentes de Del Río se quejan de que el alambre de púas sobre las cercas que fue instalado por la gobernación no recibe mantenimiento, por lo que se ve que en algunas zonas se ha caído. Laura Sepúlveda (Voz de América)

"Es algo terrible de ver (…) Estoy aquí pescando y sé que tres cuerpos pasaron al lado mío y ni siquiera los vi".

Joe Leiza, estadounidense residente en la ciudad de Del Río, Texas.

En 2022, sólo en la zona del Valle del Río Grande, fueron hallados 194 cadáveres, de acuerdo con cifras de la Patrulla Fronteriza. No es claro cuántas de estas muertes fueron accidentales o violentas.
Muchos de ellos se dejan llevar por los primeros eslabones de una cadena criminal, en la que sucumben hombres, mujeres y niños: “Yo tengo un amigo que les puede ayudar”.

Migrantes que sobreviven a la experiencia admiten que algunos de ellos son usados “como carnada”, mientras los cárteles localizan las posiciones de la Patrulla Fronteriza: “No más dijeron: camina, camina, camina y caminamos (…) Nunca llegaron por nosotros”, narró un centroamericano, mientras lo detenían y sus manos eran atadas con esposas, tras ser interceptado por las autoridades estadounidenses.

Solo en 2023, cerca de 2,5 millones de personas fueron detenidas mientras intentaban cruzar por puertos irregulares a lo largo de la frontera sur de acuerdo con cifras divulgadas por la Patrulla Fronteriza estadounidense. De ellos, menos del 1% tiene antecedentes criminales y son registrados comúnmente por el delito asociado al reingreso ilegal a EEUU.

Los migrantes pagan, no solamente para cruzar, sino también para ser transportados y albergados en lo que se denomina “casa de seguridad”, también conocida por los criminales como “bodegas”, describió el sargento Erick Estrada, vocero del Departamento de Seguridad Pública de Texas.

El contrabando humano o tráfico ilícito de migrantes deja ganancias alrededor del mundo de 150.000 millones de dólares al año, estima el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Sin embargo, estos datos podrían diferir de la realidad, debido a que no siempre las víctimas revelan las cifras que pagan a los traficantes de personas para ingresar a Estados Unidos de forma irregular.

“Llevo ahorita tres meses tratando de cruzar”, dijo un migrante mexicano detenido por la Patrulla Fronteriza minutos después de cruzar el Río Grande hacia Estados Unidos.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) asegura que los migrantes están en mayor riesgo de convertirse en víctimas de trata de personas a través del trabajo forzoso. El organismo estima que en 2017 había en el mundo al menos 25 millones de víctimas de trabajo forzoso, cifra que para 2021 se acercaba a los 28 millones de personas en igual condición.

Una estructura criminal y sus ramas

Tres grandes cárteles dominan el territorio mexicano a la altura de Texas: el cártel del Noreste, el cártel del Golfo y el cártel de Juárez.
Pero no son los únicos. Otras organizaciones más pequeñas que se autodenominan como “Metros”, “Ciclones”, “Escorpiones” y otros, actúan paralelamente y reportan a los tres principales cárteles. “Es solo por el dinero, realmente no me importan (los migrantes). Sé que están aquí por su sueño americano, para eso vienen todos”, admitió uno de los miembros del cártel detenido por reincidir en el contrabando de migrantes.el

Lugares con apariencia de sitios abandonados son comúnmente utilizados como "casas de seguridad". Cortesía.

Lugares con apariencia de sitios abandonados son comúnmente utilizados como "casas de seguridad". Cortesía.

Imágenes de Nuestra Señora de la Santa Muerte son comunes en la decoración de residencias de miembros de los cárteles o en las "casas de seguridad". Cortesía.

Imágenes de Nuestra Señora de la Santa Muerte son comunes en la decoración de residencias de miembros de los cárteles o en las "casas de seguridad". Cortesía.

Los migrantes en ocasiones pegan pedazos de alfombras a la suela de los zapatos con la intención de evitar dejar huellas al cruzar por puertos irregulares a Estados Unidos. Cortesía.

Los migrantes en ocasiones pegan pedazos de alfombras a la suela de los zapatos con la intención de evitar dejar huellas al cruzar por puertos irregulares a Estados Unidos. Cortesía.

Hombres detenidos tras cruzar a Estados Unidos por puertos. Llevan ropa de camuflaje para poder mimetizarse entre la vegetación de la zona y evitar ser vistos por las autoridades migratorias. Cortesía.

Hombres detenidos tras cruzar a Estados Unidos por puertos. Llevan ropa de camuflaje para poder mimetizarse entre la vegetación de la zona y evitar ser vistos por las autoridades migratorias. Cortesía.

Entre el Río Bravo y el Río Grande: los coyotes al acecho

La frontera sur de Estados Unidos a la altura de Texas está demarcada por el Río Bravo, del lado de México; y el Río Grande, a la orilla de EEUU. Este río, el cuarto más largo de América del Norte, con 3.034 kilómetros de longitud, está en buena medida dominado por grupos criminales que controlan, dinero mediante, la circulación de un lado a otro.

Conocidos popularmente como “coyotes”, estos traficantes de personas aprenden a mimetizarse para atravesar los terrenos que cruzan y evitar ser vistos por las autoridades migratorias de Estados Unidos.

Aunque algunos son detenidos, otros escapan de los operativos continuos de equipos de policías y autoridades migratorias especializadas en la búsqueda, identificación de huellas, trazado de recorridos y análisis de pistas. Estas autoridades suelen usar tecnologías de localización en la tarea clave de detectar a quienes cruzan.

¿Cómo es un cártel por dentro?

El “coyote” es apenas una pieza entre muchas otras del rompecabezas que da forma a una de las alas de la organización criminal: la del tráfico de personas. El contrabando de armas y drogas hacia Estados Unidos, son parte también del accionar criminal frecuente de estas organizaciones.

Los líderes de los cárteles o cabezas, por ejemplo, son los que pasan casi desapercibidos, pocos los conocen o identifican por sus verdaderos nombres. Sin embargo, desde sus posiciones “seguras” y privilegiadas controlan cada una de las transacciones criminales y nada ocurre sin que ellos den el visto bueno o pasen factura a quienes desafían sus reglas. Y aquellos que tratan de desconocer su “autoridad”, muchas veces pagan con su vida. Aunque no se ven, tienen “ojos” por todas partes, de acuerdo con el testimonio obtenido de uno de ellos para esta serie especial.

El primero en este entramado es un “ciudadano del común”, que no tiene poder ni rol específico en el cártel, pero que es clave conectando a los migrantes con el grupo delincuencial para el que colabora.

A menudo se presenta con la imagen de un “colaborador” que busca “ayudar”.

A esta figura le sigue “el patero” o miembro del cártel que establece el monto del cruce y que está encargado de asegurar la ganancia de todos los miembros que participen de ese cruce, también conocido como “brinco”. Esto les asegura el éxito para recuperar la inversión económica hecha en la obtención de una “clave” y un “piso”.

La “clave” es, como el término lo dice, un código que transmite un mensaje secreto. Es normalmente una palabra o frase corta que el cártel ha asignado al traficante de la zona, a cambio de 80.000 dólares, para autorizarlo a usar el río para transportar migrantes.

El “piso” es el terreno que llega al río. Un tramo administrado por el cártel y por el que el “patero” paga 1.200 dólares para poder realizar cada cruce. Solo quienes poseen una clave pueden llegar al “piso”.

El miembro del cártel mexicano que habló con la VOA y autoridades que tienen las evidencias resultantes de sus investigaciones, sostienen que cruzar el río pueden costar a cada migrante entre 2.000 y 16.000 dólares. El costo está directamente relacionado con la distancia a la que se encuentran de la frontera, los medios de transporte y otros “servicios” ofrecidos por el cártel.

Como parte de la estructura criminal, al llegar al río, previamente monitoreado por los “checadores”, se encuentran con “un lanchero” y “un guía”, en caso de que comience ahí la ruta irregular.

Imagen de "Nuestra Señora de la Santa Muerte", la que de acuerdo con un nuevo movimiento religioso cumple la función de proteger y sanar. Se trata de una imagen religiosa mayormente venerada por narcotraficantes y otras personas involucradas en actividades criminales. Cortesía.

Imagen de "Nuestra Señora de la Santa Muerte", la que de acuerdo con un nuevo movimiento religioso cumple la función de proteger y sanar. Se trata de una imagen religiosa mayormente venerada por narcotraficantes y otras personas involucradas en actividades criminales. Cortesía.

Tatuajes de un miembro de uno de los cárteles mexicanos. El hombre fue detenido en la frontera sur de Estados Unidos. El tatuaje del centro, es una personificación de "Nuestra Señora de la Santa Muerte", la cual según un nuevo movimiento religioso cumple la función de proteger y sanar. La veneración de la imagen es común entre narcotraficantes y otras personas involucradas en actividades criminales. Cortesía: X/LtChrisOlivarez.

Tatuajes de un miembro de uno de los cárteles mexicanos. El hombre fue detenido en la frontera sur de Estados Unidos. El tatuaje del centro, es una personificación de "Nuestra Señora de la Santa Muerte", la cual según un nuevo movimiento religioso cumple la función de proteger y sanar. La veneración de la imagen es común entre narcotraficantes y otras personas involucradas en actividades criminales. Cortesía: X/LtChrisOlivarez.

Seis migrantes son sorprendidos en la parte trasera de un camión de carga en Texas, tras ingresar de forma irregular a EEUU. Cortesía.

Seis migrantes son sorprendidos en la parte trasera de un camión de carga en Texas, tras ingresar de forma irregular a EEUU. Cortesía.

Veinte migrantes son sorprendidos en una "casa de seguridad" en Texas al sur de EEUU. Cortesía.

Veinte migrantes son sorprendidos en una "casa de seguridad" en Texas al sur de EEUU. Cortesía.

Cuerpo sin vida que fue encontrado en el Río Grande. Se desconocen las causas de la muerte e identidad de la persona. Cortesía: TX DPS. 

Cuerpo sin vida que fue encontrado en el Río Grande. Se desconocen las causas de la muerte e identidad de la persona. Cortesía: TX DPS. 

Una vez los migrantes están en tierra firme, “un levantador” los lleva desde el río hasta “la casa de seguridad”, como se les conoce a hacinados sitios, en ocasiones sin condiciones mínimas de habitabilidad. El “administrador” de una de estas “casas de seguridad” dijo a la VOA que proveen a los migrantes de “un techo para dormir, comida, agua, baño y, con suerte, hasta una llamada a la familia”.

“Yo cobro por tenerlos seguros. Hay gente que dura una semana, hay gente que dura un día, hay gente que dura hasta unas horas. Llegan en la mañana y se van en la noche”, dijo el informante que colabora con las autoridades estadounidenses. A la vez, admitió que no todos reciben el mismo trato. Depende -dice- de “las normas de cuidado” que impone el cártel a cargo. Explicó que hay “bodegueros” que se enfocan solamente en la ganancia, no en las necesidades de “las cajas, los chivos o las piezas”, como les suelen llamar a los migrantes en la jerga de los cárteles.

Poco importa también -dice el informante- si se trata de “faldas o pantalones”, en alusión a la forma en que los contrabandistas identifican a mujeres y hombres.

Más tarde, los migrantes lidian en su ruta con “un raitero”, encargado de acompañarlos un poco más al interior del país, ya sea a pie, a través de ranchos, escondidos en herméticos camiones u otros vehículos, donde los ocultan para burlar el puesto de control de la patrulla fronteriza, garitas ubicadas en ciudades fronterizas con México.

“¿Ciudadanos estadounidenses?”, pregunta el oficial a cargo en el puesto de control. Seguidamente solicita verificar documentos, si la respuesta es negativa o si hay sospecha razonable de que no se esté diciendo la verdad. Incluso, una detención temporal puede tener lugar para dar espacio a una identificación plena de la persona.

Estados Unidos no tiene el equivalente de una cédula de ciudadanía, por lo que no existe, como en varios países latinoamericanos, la obligatoriedad de portar un documento de identificación consigo, a menos que se esté manejando un vehículo.  “Si un agente tiene sospecha de que los ocupantes del vehículo están presentes ilegalmente en Estados Unidos, o existe una sospecha razonable de que se ha cometido otro delito federal, el vehículo y todos los ocupantes serán remitidos a una inspección secundaria más profunda”, dijo la Patrulla Fronteriza a la VOA.

La vida en la frontera texana

La frontera entre México y el estado de Texas tiene alrededor de 2.018 kilómetros de longitud, desde el Golfo de México hasta la ciudad de El Paso, de acuerdo con el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Texas.

En este tramo, el gobierno local calcula que hay una población de cerca de 3 millones de residentes, de los cuales el 88 % es de origen hispano y el 24 % nació en el exterior.

La VOA constató en múltiples entrevistas a residentes que la migración está entre los temas que más capta la atención de los pobladores de las ciudades limítrofes. Incluso en ciudades como Laredo, cuya economía es relevante para el país, dado que es uno de sus principales puertos comerciales. “El total de mercancías que pasan anualmente por los puentes es 300.000 millones de dólares al año. Un millón de dólares por minuto en mercancía”, dijo Héctor Treviño, alcalde de Laredo.

“Apoyo el alambre de púas y todo lo que hizo (el gobernador Greg) Abbott porque todavía duermo con armas de fuego, pero no tengo una conmigo en este momento”, dijo Joe Leíza, residente de Del Río, argumentando que se siente más seguro en virtud de las medidas tomadas por la gobernación del estado, muchas de las cuales están en disputa en las altas cortes de Estados Unidos, tras ser demandadas por el gobierno federal.

En sitios como Del Río, familias estadounidenses incluso se enfrentan al dilema de estar en su país, pero en la práctica del lado mexicano, debido a que tienen el muro fronterizo de por medio: “Parece que la gente en el río no les importa”, dijo.

La VOA constató que el muro fronterizo está entre este grupo de casas de familias, que colindan con el río, y una carretera pública. De ese modo, estas propiedades privadas, cuyos patios están cruzando el río, quedan también limitadas, aunque no impedidas de transitar, por el muro instalado para impedir la entrada irregular de migrantes.

Los residentes contaron que en esa área todos se conocen, de modo que cuando ven extraños o personas mojadas llaman a las autoridades, que no tardan en llegar. 

Muro fronterizo y aviso de no traspasar la propiedad del gobierno federal. Foto: Laura Sepúlveda, Voz de América.

Muro fronterizo y aviso de no traspasar la propiedad del gobierno federal. Foto: Laura Sepúlveda, Voz de América.

Hidrante con cadenas en Del Rio, Texas. Foto: Laura Sepúlveda, Voz de América.

Hidrante con cadenas en Del Rio, Texas. Foto: Laura Sepúlveda, Voz de América.

Letrero en Del Río, Texas, a pocos metros del Río Grande. Foto: Laura Sepúlveda, Voz de América.

Letrero en Del Río, Texas, a pocos metros del Río Grande. Foto: Laura Sepúlveda, Voz de América.

Objetos dejados por migrantes durante el paso por puertos irregulares. Al fondo aparecen residentes de residente de Eagle Pass jugando golf. Foto: Laura Sepúlveda, Voz de América. 

Objetos dejados por migrantes durante el paso por puertos irregulares. Al fondo aparecen residentes de residente de Eagle Pass jugando golf. Foto: Laura Sepúlveda, Voz de América. 

Fotografía tomada en Del Río, Texas, desde una carretera en Estados Unidos en la que se ve acceso directo y abierto al Río Grande. La zona en la que está ubicada el muelle es de  propiedad privada. Foto: Laura Sepúlveda, Voz de América.

Fotografía tomada en Del Río, Texas, desde una carretera en Estados Unidos en la que se ve acceso directo y abierto al Río Grande. La zona en la que está ubicada el muelle es de  propiedad privada. Foto: Laura Sepúlveda, Voz de América.

Lote comúnmente transitado por migrantes indocumentados que intentan evadir a las autoridades, evitando la garita de control migratorio que conecta la frontera sur de Texas con el resto del estado. Foto: Laura Sepúlveda, Voz de América. 

Lote comúnmente transitado por migrantes indocumentados que intentan evadir a las autoridades, evitando la garita de control migratorio que conecta la frontera sur de Texas con el resto del estado. Foto: Laura Sepúlveda, Voz de América. 

Los residentes estadounidenses cuyas casas están apenas a unos metros del río, conviven con la migración irregular día a día. Pese a que son testigos de estos cruces de migrantes, con frecuencia deciden callar, en parte, aseguran, porque los cárteles mexicanos tienen gente que opera para ellos desde Texas. Esta situación es más común en zonas de Laredo, Brownsville y McAllen.

 “Los periodistas se van, pero aquí nos queda el problema con los cárteles”, fue la respuesta que encontró a cada paso el equipo de la Voz de América en su recorrido por varias ciudades fronterizas en el estado de Texas.

La operación del cártel es mantenida por delincuentes dispuestos a todo. Algunos de estos criminales aseguran que delitos como la extorsión y las violaciones no son autorizadas por los altos mandos, y cuando se registran son castigadas, en ocasiones, incluso con la muerte del infractor.

Algunos migrantes denunciaron que durante la travesía fueron víctimas de maltratos, secuestros y otras vulneraciones de sus derechos. El informante que habló con la VOA dijo que los sicarios o “cocineros”, de acuerdo con jerga criminal, son los encargados de eliminar a todos los que “roban” al cártel, incluso a migrantes que no consiguen reunir el dinero para pagar el cruce, así como a los miembros de su propia organización que incumplen las reglas de los altos mandos.

“Hay gente que tanto aquí como en México secuestra a los migrantes, piden dinero por ellos. Todos tienen su historia, hasta yo”, dijo el miembro del cártel que es informante de Estados Unidos.

Con todo esto pasando, las autoridades de Estados Unidos continúan advirtiendo que las reglas migratorias están vigentes, así como los esfuerzos del gobierno para contener el tráfico migratorio que se registra en varios puntos de la frontera con México. “La Patrulla Fronteriza va a facilitar la identificación de quién eres y te vamos a procesar y te vamos a detener y te vamos a regresar a tu país”, afirmó en un mensaje enviado a los migrantes Gloria Chávez, la jefe de la Patrulla Fronteriza en el Valle del Río Grande.

Créditos

 Dirección, producción de campo, guion, grabación y edición audiovisual: Laura Sepúlveda

Producción digital: Mitzi Macias

Texto digital: Laura Sepúlveda

Edición de los textos: Lina Correa, Rosa Tania Valdés y Luis Alonso

Coordinación y redes sociales: Lizandra Díaz y Eliana Páez

Diseño gráfico: Darién Castillo, Laura Sepúlveda y Sergio Valencia

Diseño digital: William Montealegre